Correr o pegar «como una niña» nunca volverá a ser lo mismo para ti

Los que nos leéis a menudo sabéis que en Laifr nos gusta criticar las actitudes machistas que menoscaban la libertad y la autoestima de las mujeres (por ejemplo aquí, aquí, aquí, aquí y aquí). Los tópicos y prejuicios machistas son especialmente dañinos cuando afectan a las niñas, que se encuentran aún en etapa de maduración, luchando por discernir qué conductas son «socialmente aceptables» y cuáles no. Y es aquí que los adultos (padres, tíos, abuelos, educadores…) debemos hacer un esfuerzo por no inculcar a los niños ningún patrón absurdo, que pueda hacerles creer que niños o niñas son mejores o peores por ser lo uno o lo otro. Este ejemplo que me acabo de topar es maravilloso para romper con uno de estos peligrosos y horrendos topicazos (puedes activar los subtítulos en español):


 

El vídeo forma parte de una campaña de la marca Always, en la que le piden a varios adultos que «corran como una niña», «peguen como una niña» o «lancen como una niña». Tomándoselo un poco a broma, tanto hombres como mujeres empiezan a hacerlo con una gesticulación excesiva, añadiendo un toque de frivolidad y falta de habilidad a lo que hacen. Justo después le piden a niñas pequeñas y preadolescentes que hagan lo mismo. Y lo que hacen es radicalmente diferente: las niñas hacen todas esas tareas con total normalidad, ajenas al prejuicio absurdo de que no pueden correr, pegar y lanzar «bien» (lo cual esconde la torticera idea subliminal de que no lo hacen «tan bien como los niños»).

Poco después inquieren a los adultos los motivos por los que piensan que hacer algo «como una niña» es peyorativo, y puede tener algo que ver con menor calidad, empeño o eficacia. Tras el bochorno obvio, empiezan a cambiar un poco el chip, y empiezan a darse cuenta de lo absurdo que es hablar en esos términos.

Así que para que todos lo tengamos claro. Dejemos de decir y de tolerar frases como «haces esto o aquello como una niña», «conduces como una mujer», etc. El primer paso para eliminar estos prejuicios de nuestros hijos es borrarlos de nuestras cabezas y de la sociedad. Luchemos entre todos para que correr como una niña no sea jamás algo negativo para nadie.

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