Llevamos décadas viendo con la Barbie, una muñeca de curvas enfermizamente delgadas, es el canon de belleza alrededor del cual crecen nuestros niños. Lammily es una nueva muñeca que intenta abrirse camino en el mundo de los juguetes. Con medidas y curvas completamente normales, ataca con mucho acierto los males de promover unas figuras que no sólo son imposibles, sino incluso poco saludables. El anuncio con el que se presentaron es brillante:
La misma compañía ahora ha optado por que sean los propios niños los que den su opinión sobre la muñeca. Y el contraste entre lo que ven en la Barbie y lo que ven en la Lammily es fascinante:
Todas las niñas se ven más identificadas con la muñeca de tamaño normal. Al ser preguntados por el trabajo que haría cada muñeca, piensan que la Lammily podría trabajar de nadadora, profesora, informática, piloto… En cambio piensan que la Barbie trabajaría de modelo, maquilladora, en una tienda de ropa, cocinera o, directamente, que no trabaja en nada. Toda una ristra de preocupantes tópicos que debemos erradicar.
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Vía: la Voz del muro
