¿No puedes enseñar una foto a tus amigos porque no la tienes en el móvil? ¿Eres esclavo de los pendrives para pasar archivos de un dispositivo a otro? ¿Acabas de perder todos tus datos y contactos porque has pasado tu coche por encima del portátil? (¡Esto último es un caso real que conozco!).

Si la respuesta es sí, entonces necesitas leer este artículo porque aún no sabes lo que el almacenamiento en la nube puede hacer para facilitarte la vida. Al final del post encontrarás información adicional si quieres empezar a vivir en la nube

Logos de servicios en la nube

¿Qué es eso del almacenamiento en la nube?

Cuando guardamos un archivo (por ejemplo una foto) en nuestro ordenador, este queda guardado físicamente en el disco duro del equipo. Un PC normal tiene varios cientos de gigabytes (GB) para almacenar datos y, si se queda corto, podemos comprar un disco duro externo de uno o varios terabytes (TB). Este disco duro suele estar conectado al ordenador por USB pero no es imprescindible. Ya hay modelos que se conectan a tu router WiFi de modo que están disponibles para todos los dispositivos de la casa. Date cuenta de que de esta forma los datos NO están en cada dispositivo sino en un sitio externo a él. Eso influye en la velocidad a la que se accede a esos datos, que es levemente menor para este ejemplo.

Hasta aquí todo claro. Bueno, pues almacenar en la nube es igual pero el disco duro, en lugar de estar conectado a nuestro router está en California (o donde estén los servidores de la empresa que los aloja) y para consultar mis datos necesito conectarme a través de internet a dicho servidor. Decimos entonces que esos archivos están en la nube. Aquí la velocidad de conexión influye más, puesto que determina lo que tardo en bajarme datos pesados. Sin embargo, esto sólo es importante cuando los datos están sólo en la nube. Si, por ejemplo, los datos están tanto en mi ordenador como en la nube (mismo archivo copiado en ambos sitios), entonces ya no es crítico puesto que trabajo con los datos locales de mi ordenador y después simplemente se mandan a la nube los cambios realizados en el archivo. Por ello podéis funcionar perfectamente con una conexión ADSL normal y corriente.

¿Cómo funciona?

Existen unas empresas que ofrecen espacio en sus servidores para que guardemos en ellos nuestros datos (gratuito o de pago). Por ejemplo, os vamos a explicar cómo funciona Dropbox, el servicio en la nube más popular (aunque no el mejor…). Esta empresa nos ofrece 2 GB de espacio gratis al abrirnos una cuenta y descargar el programa para nuestro ordenador (lo que se llama el cliente de sincronización o aplicación de escritorio). Una vez instalado nos aparece en el ordenador una carpeta llamada «Dropbox». Desde ese momento todo lo que metamos dentro de esta carpeta se copiará inmediatamente en la nube (recordad que «la nube» es ese disco duro que está en California). Por ejemplo, si abro un archivo Word en el ordenador del trabajo y lo modifico, al cerrarlo se enviarán los cambios a la nube, de modo que los datos de la nube estarán siempre actualizados. Cuando llegue a casa y abra mi ordenador se descargarán automáticamente todos los cambios que hice en el trabajo. De esta forma tendré en mi casa la última versión del archivo Word, y podré seguir usándolo como si tal cosa. Resumiendo, lo que permite este sistema es tener una copia sincronizada en la nube de todo lo que tengo en esa carpeta «Dropbox». De ese modo pierde sentido pensar en dónde está la información puesto que accedemos a ella de forma horizontal estemos donde estemos.

En el caso de dispositivos móviles (smartphones, tabletas,…) no es práctico tener una copia local de todo porque ocuparía demasiado espacio. En estos casos puedes consultar los datos uno a uno, descargando de la nube lo que hace falta en cada momento. Eso ralentiza la velocidad pero nos permite tener acceso completo a toda la información estemos donde estemos, por lo que merece la pena la espera. Con apps adecuadas podemos incluso modificar los archivos desde el móvil o tableta, aunque es más incómodo que desde el ordenador.

http://www.siliconweek.es/noticias/dell-renuncia-a-su-propio-modelo-de-nube-publica-37133

¿Por qué me podría interesar poner mis datos en la nube?

1. Disponibilidad. La más obvia es que nuestros datos están disponibles desde cualquier lugar del mundo en donde tengamos internet (el smartphone, el ordenador de un amigo, un cibercafé de Kuala Lumpur…). Si utilizas varios dispositivos diariamente esto es fundamental y cuando te acostumbres a funcionar así no habrá vuelta atrás. Tener los archivos en un único sitio es cosa del pasado.

2. Seguridad. Aunque la disponibilidad no sea crítica en tu caso, la nube también te sirve para tener una copia de seguridad en tiempo real de tu información. Si tu disco duro muere tendrás todos tus archivos salvaguardados en la nube. Se acabó el agobio de perder la información por un accidente.

3. Compartir archivos. Para compartir archivos con otra persona puedes usar el mail y este se queda corto cuando queremos enviar más de 10MB. La nube es la solución perfecta. Porque para enviar un archivo que tienes en la nube basta con decir al programa que lo queremos compartir y se le asocia un enlace URL (una dirección web) que enviamos a la otra persona. El destinatario hace clic en el enlace y se descarga directamente el archivo desde tu servidor de California. Es sencillo, rápido y puedes hacerlo desde tu móvil sin apenas gastar tarifa de datos ya que sólo mandas un mail con el enlace y no el archivo.

4. Fiabilidad. Los servidores en la nube están excelentemente mantenidos y tienen copias dobles o triples de todos los datos por si sale ardiendo uno de sus centros. Es casi imposible que pierdas los datos que tienes en la nube y, desde luego, es mucho más fácil que los pierdas en tu ordenador. En todo caso, nunca hay garantía al 100% por lo que siempre debes tener una copia local de tus datos por lo que pueda pasar.

5. Mover datos entre dispositivos. Antes para mover muchos archivos a la vez teníamos que tirar de pendrives, discos duros externos o una ristra de CD y DVD. Si ahora queremos llevar varios gigas de un sitio a otro, basta con subirlos a la nube y los tendremos disponibles para descargar desde cualquier parte. Y si los compartimos, cualquiera de nuestros amigos podrá descargárselos. Cuando te habitúes a esto, los pendrives quedarán abandonados en cajones perdidos de tu casa.

No lo veo claro, ¿por qué voy a querer yo mis archivos personales en manos de un tercero?

Esta es sin duda la mayor inquietud de todo este asunto. ¿Se portará bien esa empresa o cotilleará en mis archivos? ¿Podrán ser interceptados mis documentos por algún informático experto interesado en ver las fotos de mis últimas vacaciones?. Bien, en primer lugar hay que recordar que acceder a nuestros datos sin permiso es ilegal. Dicho eso todas las grandes empresas de la nube hacen ingentes esfuerzos por asegurar la privacidad de nuestros datos. Tienen lo último en protección, encriptan todos los datos que van y vienen del servidor y, por supuesto, tienen férreos controles internos para que ningún empleado pueda fisgar en nuestra información. ¿Nos asegura esto que nadie vaya acceder a nuestra información? No. Pero si las empresas son serias y están ubicadas en países que cumplen las leyes no deberíais tener problemas. Es más, es muy probable que Google o la NSA ya tengan acceso a muchos de vuestros datos personales incluso sin usar la nube. La era de la privacidad murió con la llegada de internet.

http://blogs.alfresco.com/wp/cloud-content-management/

Muy bonito todo, pero ¿que pasa si no tengo internet?

Si estás en el ordenador y no tienes internet podrás trabajar con la copia local de los archivos que tienes en tu disco duro, y los cambios se subirán a la nube cuando vuelvas a tener conexión. Mientras tanto, solamente debes tener la precaución de no modificar el mismo archivo en dos dispositivos distintos. ¿Por qué? ¿Qué pasa si lo hago? Cuándo el servidor detecta que un mismo archivo tiene dos versiones contradictorias que se han modificado simultáneamente en lugar de secuencialmente, lo que hace es crear copias de conflicto, es decir, duplica el archivo conflictivo y guarda ambas versiones indicándolo claramente en el nombre del archivo. De ese modo, la siguiente vez que vayas a abrir el archivo podrás ver ambas versiones y quedarte con la que más te conviene. Esto es especialmente útil cuando varias personas trabajan con una misma cuenta en la nube.

OK, me interesa, ¿por dónde empiezo?

Perfecto, ya estás preparado para dar el salto a la nube. En los próximos días publicaremos un artículo en el que te explicaremos por dónde empezar y qué precauciones debes tener en cuenta a la hora de tener tu información en la nube.

Mientras tanto puedes estar al tanto de todo lo relacionado con el mundo de la nube haciendo clic aquí.

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Imágenes: siliconweekAlfresco

 

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