Hace medio año os contamos varias historias divertidas relacionadas con los términos y condiciones que acompañan a los programas y servicios de internet. Incluyendo una persona que ganó 1000$ por leerlos y cientos de personas que vendieron su alma a cambio de un juego.
Hoy os traemos otra de estas, orquestada por F-Secure, una empresa de seguridad informática finlandesa, y Europol, la agencia de policía europea. Para demostrar (como si no se supiera) que nadie lee esas cosas, pusieron un punto de WiFi gratuito en varias cafeterías de Londres. Para poder acceder al mismo había que aceptar la típica lista infinita e infumable de condiciones que no se lee ni el mismo que las escribió (que para eso existe el copy-paste). Entre ellas introdujeron una cláusula Herodes que decía lo siguiente:
El usuario acuerda entregarnos a su primer hijo nacido, para toda la eternidad.
Sin duda, un precio algo elevado para ojear el Facebook mientras tomas un café, ¿no?. Seis personas aceptaron el trato, si bien la empresa ha dicho que no hará efectiva la cláusula, entre otras cosas porque es una mijita ilegal eso de vender niños.
El mismo equipo hizo otras pruebas más serias, eliminando por completo las condiciones para acceder al hotspot. Por ejemplo, el experimento les permitió capturar las contraseñas de mail POP3 de 33 personas, que se transmitían como texto plano en las conexiones.
Una llamada de atención que debe abrirnos los ojos sobre lo siguiente: no te conectes a un WiFi gratuito cualquiera con el que te encuentras. Asegúrate de que pertenece a una empresa de confianza y si la conexión no requiere contraseña alguna no utilices ningún servicio sensible porque tu contraseña podría estar expuesta.
Vía: nopuedocreer