Con ese nombre, Visa ha sacado al mercado europeo una tarjeta de pago, que puede ser de crédito, de débito o prepago, con la que el pago por Internet puede ser más seguro.

¿Para qué compras estás destinada? Para las compras online principalmente. El motivo es sencillo: este método evita que si alguien copia el número de la tarjeta, incluyendo el CVV, no pueda usarla. El proceso funcionaría de la siguiente manera:

  1. A la hora de realizar el pago introduciendo la numeración completa de la tarjeta, con el código CVV y la fecha de caducidad, el servicio online daría un código formado por dígitos del 0 al 9.
  2. Ese código lo introducimos en la tarjeta, usando su teclado.
  3. La tarjeta nos devolverá un código que deberemos introducir en la página web.
  4. Si todo es correcto, la compra se validará.

No está nada mal. Es parecido al sistema que ya ofrecen algunos bancos que, al querer usar una tarjeta emitida por ellos para realizar un pago online, el comercion nos remite a la página del banco para que introduzcamos una contraseña y validar el pago. Lo malo es que la contraseña es siempre la misma, con el riesgo que conlleva.

Pero este método tiene un fallo: ¿qué pasa si pierdes la tarjeta y no te das cuenta? Al final, lo que tendrán que poner es un conjunto de medidas que te pidan la clave y el código. Y eso ya existe, con RSA SecurID, que generando un código de 6 dígitos y añadiendo otro código personal, hace que la seguridad sea máxima. Siempre y cuando no haya problemas de hackeo de los propios servidores de RSA, claro.

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