Como si los nervios que le entran a uno cuando actúa delante de mucha gente no fueran suficiente, una mariposa decidió posarse en toda la cara de la flautista japonesa Yukie Ota, mientras el público y las cámaras disfrutaban de su clarinete en pleno concierto.
Increíble la paciencia de Ota, casi sorprende más que su talento.