Como cada domingo, volvemos con esta sección en la que nos intentamos alejar un poco de la temática general del blog y traemos un vídeo curioso. Esta semana nos adentramos en el mundo de los efectos especiales del cine.
«El lobo de Wall Street» es la película de moda, arrasando en estos momentos en la taquilla. Protagonizada por Leonardo DiCaprio, nos cuenta la historia del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort. Dirigida por Martin Scorsese, en el film podemos ver localizaciones de infarto y lujo por las que supuestamente se movía este lobo de los mercados de valores. ¿Pero dónde están esos sitios? Todo apunta que en la imaginación de Scorsese.
Lo cierto es que es impresionante la fuerza de la tecnología. Lo que antes suponía en un rodaje horas de planificación y días de montaje para preparar una localización, ahora todo este trabajo se puede preparar desde un ordenador. Y o más importante es que se consigue un resultado brillante y espectacular.
Si hoy en día la tecnología permite conseguir sacar de la imaginación y hacer realidad hasta los mundo más fantásticos, ¿de qué será capaz mañana?
Sinopsis de «El lobo de Wall Street» de Filmaffinity:
Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años ochenta, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de una agencia bursátil le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían.