Hoy estrenamos nueva sección, en la que trataremos sobre mitos, leyendas urbanas y creencias incorrectas o confusas. En algunos casos aportaremos argumentos científicos para desmontar bulos más o menos extendidos. En otros simplemente analizaremos fenómenos o cacharros que no son del todo bien entendidos. En algunos, los más peliagudos, analizaremos asuntos sobre los que no hay evidencias suficientes para pronunciarse con total claridad. En todo caso, prometen ser fuentes de aprendizaje y debate (acalorados en algún caso ).
Empezamos con una aparentemente fácil: ¿gira la Tierra alrededor del Sol o es al revés? Pensad en la respuesta antes de seguir leyendo a ver si acertáis. La respuesta a esta pregunta puede ser una de las creencias incorrectas (bueno, dejémoslo en «incompletas») más extendida del mundo.
Primero la versión corta para impacientes:
Los griegos (excepto uno) decían que el Sol gira alrededor de la Tierra, que estaba quieta. Fue la creencia general durante siglos y la Iglesia condenaba a quien dijera lo contrario. Es famosa la rectificación al respecto que hizo Galileo para evitar que la Santa Inquisición lo convirtiera en Galilei Fried Chicken (aunque seguía diciendo aquello de «y sin embargo se mueve…»).
Llegó Copérnico y dijo que no, que en realidad es al revés, que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, teoría que se impuso desde entonces. Hoy no te queman si piensas lo contrario (todo un avance de la civilización) pero muchos te mirarán de reojo pensando en lo mal que está la educación en este país.
Y por último llegó Einstein y nos pone a todos de vuelta y media (especialmente a Newton). Nos dice que tanto unos como otros tenían razón y que es tan correcto decir que la Tierra gira alrededor del Sol como lo contrario.
Por tanto, en adelante podréis ser de los (¿pocos?) que saben que la respuesta correcta a la pregunta de este post es: AMBAS AFIRMACIONES SON CIERTAS.
Ahora la versión detallada para los pacientes y los que se hayan quedado mosqueados y ya estén dudando si quitar la Inquisición fue una buena idea:
El movimiento relativo de Tierra y Sol ha sido motivo de intensas discusiones durante siglos. Fueron los griegos los primeros en meterle mano de una manera rigurosa al movimiento de estrellas y planetas, cuando Ptolomeo formuló el modelo geocentrista en el siglo II. Básicamente lo que decía es que la Tierra está quieta y que el Sol y todos los demás astros y planetas giran alrededor de ella.
Esta creencia se impuso hasta el siglo XVI, cuando Copérnico publicó su modelo heliocéntrico, según el cual el Sol esta quieto y la Tierra rota sobre sí misma y a la vez gira alrededor del Sol, junto con los demás planetas y estrellas. Este modelo chocó frontalmente con las creencias de muchos filósofos y religiosos de entonces (y de ahora) que ubicaban a la Tierra como el centro del universo. Los trabajos de Newton y Kepler ayudaron mucho a completar este modelo.
En los siguientes siglos se empezó a tener claro que el heliocentrismo tampoco era correcto en sentido estricto, ya que el Sol no está quieto ni parece ser el centro del universo, sino que es simplemente una estrella más que se mueve por la galaxia, que a su vez viaja por el universo. Pocos dudan hoy que la Tierra da una vuelta alrededor de sí misma cada día y que gira alrededor del Sol cada año.
Hasta aquí todo parece conocido y sencillo. Pero llega el siglo XX y la cosa cambia cuando Einstein presenta su teoría de la relatividad especial. Sin entrar en detalles complicados, nos dice que nada está en reposo «absoluto» o en movimiento «absoluto». Por contra, las cosas se mueven «relativamente» unas respecto a otras que consideramos arbitrariamente que están quietas. No existen por tanto sistemas de referencia privilegiados que estén «más quietos» o «más en movimiento» que otros. Fijaos que esto no es algo del todo intuitivo. Cuando un autobús arranca de una parada, los viajeros que van dentro perciben un empuje hacia la parte trasera del autobús (lo que llamamos fuerzas de inercia). En ese mismo instante, un peatón en la parada no percibe empuje alguno. Ello hizo que Newton concluyera que SÍ existen sistema de referencia privilegiados y que podemos decir con certeza que el peatón está quieto y el autobús está en movimiento y no al revés. Einstein corrigió aquí a Sir Isaac, diciendo que es lo mismo decir que es el autobús quien se desplaza (aparecen fuerzas de inercia) que decir que el autobús está quieto y que es el peatón, la acera, el planeta y todo el resto del universo los que se mueven hacia atrás. Simplificando mucho, según Albertito esto último produce un efecto gravitatorio que tenderá a arrastrar hacia atrás al autobús (justificando la aparición de ese empuje que notan los viajeros, aunque estén «quietos»).
En conclusión, ambas opciones son correctas, ciertas y REALES. Es tan cierto que la Tierra gira alrededor del Sol, como lo contrario. De modo que si os preguntan por este tema en una encuesta (como estas en las que uno de cada cinco norteamericanos y uno de cada tres rusos creen que el Sol gira alrededor de la Tierra), en adelante seréis la parte selecta que le diga al encuestador (probablemente no lo sepa) que ambas opciones son correctas.
Si tenéis interés en que tratemos algún tema que os guste en esta sección indicadlo en los comentarios.
Si te gusta este artículo seguramente te interese leer este: ¿Qué pesa más, un kilo de paja o un kilo de plomo? La respuesta no es tan sencilla como parece.
Imágenes: Free Graphic Download | NASA