En 1995 una película llamada Toy Story dió la vuelta al mundo. La razón de su éxito fue que es simplemente una muy buena película, con una dirección intachable, un excelente guión y unos personajes entrañables. Pero no sólo por eso se hizo famosa… también fue la primera película íntegramente generada en ordenadores que dió la campanada y demostró el potencial de la animación 3D a la hora de contar historias.
En la imagen de arriba podemos ver parte de la granja de renderización que se utilizó para generar esta película en Pixar. Sus CPUs en equipos Sun sumaban 1000 millones de transistores, que juntos ofrecían una potencia de cálculo de 8,1 gigaflops. Para hacernos una idea, un iPhone 6 del año 2014 tiene un procesador A8 con 2000 millones de transistores y una potencia muy superior al doble de esos equipos Sun configurados en cadena; nada menos que 75 gigaflops. ¡Ah! Y lo llevamos en el bolsillo, funcionando con una batería y una pantalla que tiene muchísima más resolución que cualquier ordenador de 1995.
Vía: Tuit de Benedict Evans, aunque lo encontré primero en Microsiervos.