La mayoría de nosotros no conocemos casos en los que hayan suplantado la identidad de una persona en Internet, pero en realidad suceden casos de este tipo todos los días. Si un día te encuentras con que alguien se hace pasar por ti para publicar cosas en Internet, generalmente para difamarte o para chantajearte, debes tener muy claro los pasos a seguir para solucionar el problema.
Lo primero, es conseguir pruebas del delito. Es necesario hacer capturas de pantalla inmediatamente, algo que en un smartphone se puede conseguir pulsando dos botones a la vez; En el caso del iPhone, el botón de encendido y el botón Home, y en el caso de Android el botón de volumen y encendido aunque según el fabricante esto puede cambiar. En un PC con Windows, basta pulsar la tecla etiquetada como PrtScr o PrintScreen. La captura de pantalla quedará guardada en el portapapeles, así que bastará pegarla en cualquier programa que acepte imágenes, como un email en Outlook o Gmail (en el navegador web) o el programa Paint. En un Mac, se puede conseguir pulsando las teclas Comando + Shift + 3. Encontrarás la captura de pantalla como un fichero PNG en el escritorio.
Estas capturas de pantalla te ayudarán a explicar lo que te ha ocurrido cuando denuncies tu caso ante el Grupo de Delitos Informáticos de la Guarda Civil. Ellos son los expertos que deben encontrar a la persona que ha usurpado tu identidad, haciéndose pasar por ti perjudicando tu reputación.
Este es un detalle muy importante; En ningún caso debes intentar encontrar tú mismo a esa persona. Si sabes quién es, díselo a la Guardia Civil – en ningún caso intentes enfrentarte tú a ella. Para eso está la Guarda Civil. Nunca te pongas en peligro innecesariamente.
Si encuentras tu foto publicada en una red social como Facebook o Twitter y no has dado el permiso para que la imagen esté ahí, lo que tienes que hacer es pedir a esa red social, en los apartados que tienen todas disponibles para reportar este tipo de problemas, que retiren la imagen. Están legalmente obligados a hacerlo tras verificar que eres la propietaria de esa imagen. No hacerlo, implica cuantiosas multas económicas como consecuencia para esas empresas.
En cualquier caso, la mejor manera de que alguien no utilice una imagen tuya sin permiso, es no enviársela a nadie. Nunca es buena idea que alguien tenga imágenes comprometedoras tuya, incluso si se trata de tu novio, marido o cualquier otro familiar o amigo. Incluso si ellos no tienen intención de perjudicarte, sí pueden perder tu foto inadvertidamente. La única manera de que una foto comprometedora no llegue a publicarse nunca es asegurarte de que no existe; No la hagas, y si ya la has hecho, bórrala. Por otro lado, la vida da muchas vueltas y si nunca sabes qué pasará con tus fotos en unas manos que nunca pensarías antes que eran incorrectas. No merece la pena jugársela.
Por último, es recomendable no conectarte a redes Wi-Fi que no conozcas bien. Hay muchas redes Wi-Fi en cafeterías o incluso aeropuertos que se hacen pasar por redes oficiales o gratuitas, pero que sólo buscan interceptar el tráfico de paquetes de datos entre tu smartphone, tableta u ordenador para luego intentar extraer datos o acceder a las máquinas aprovechando alguna vulnerabilidad. Si usas un smartphone, es mejor limitar la utilización de redes Wi-Fi a tu domicilio o lugar de trabajo, aunque por lo general cualquier smartphone moderno es mucho más seguro que cualquier sistema operativo de ordenador.
Es importante también asegurarte de utilizar aplicaciones que permitan el cifrado de de datos de punta a punta, es decir, desde el emisor (tú) al receptor (la persona con la que te comunicas). Whatsapp es un ejemplo de este tipo de aplicaciones… Skype también. Con este tipo de cifrado, incluso si alguien intercepta datos al conectarte a una red Wi-Fi comprometida o preparada para ese fin, no podrán leer, ver ni escuchar lo que escribas, fotos que envíes o conversaciones VoIP que tengas con otra persona.