Después de casi 8 años viviendo en el extranjero y acostumbrado a Vuelos de más de 10 horas, se podría decir que tengo mucha experiencia en esto de subirme a un Avión. Sin embargo, sigo sin acostumbrarme, y aunque ya me he aprendido cada fase del Vuelo y qué son los sonidos que suenan durante el mismo, sigo quedándme perplejo al mirar al cielo desde la ventana del Avión, como el primer día. Es una sensación entre respeto y pura impresión. Es alucinar de que algo así sea posible, de poder apreciar la curvatura de nuestro planeta, el cielo más azul oscuro por encima, las montañas por debajo como si fueran de miniatura, las nubes… las puestas de Sol o amaneceres que se pueden disfrutar, a veces durante más de una hora, es algo de lo que afortunadamente nunca tengo suficiente. Es imposible cansarse de estas cosas, sencillas, pero intensas. Eso es para mi Volar. Por esta razón, siempre que puedo pido el asiento de la ventana. Los que no lo hacen por decisión propia, me parece que están locos
Esta publicación en Storehouse, una App para iOS que permite contar historias de manera muy gráfica desde un iPad y recientemente desde un iPhone, da buena cuenta de lo que quiero decir. Son sencillas imágenes desde la ventana de un Avión. Fotografías tranquilas, pero intensas, que me recuerdan lo que se siente al viajar a más de 900 km por hora y unos 10 km de altura para ir a otro lugar muy lejano en tan sólo unas pocas horas.
Tienes muchas más imágenes como estas en el artículo de en Storehouse publicado por Allegra Hsiao.