En el mundo de las inversiones se suele decir que es mejor que el último euro lo gane otro. Con ello se quiere decir que es mejor vender una acción que va bien y cosechar beneficios antes de que alcance su valor máximo y arriesgues a asumir pérdidas importantes.
Sin embargo, Evan Henshaw-Plath dejó que otros se llevaran bastante más de un euro. Fue uno de los creadores de Odeo, idea a partir de la cual surgió Twitter. En sus inicios la empresa no parecía muy prometedora y Evan dejó el barco cuando tan solo tenían unos cuantos cientos de usuarios. Sus socios le ofrecieron 7000 dólares por su parte y él decidió gastárselos en un viaje por el mundo.
Más le vale conservar buenos recuerdos de aquel viaje, puesto que hacerlo le ha privado de ser copropietario de un negocio con cientos de millones de usuarios y que está valorado en 250 millones de dólares.
Menuda gracia, ¿no?.
Vía: ABC