El magnetismo siempre ha causado sorpresa e interés en la humanidad desde hace muchos siglos. Hace ya dos milenios, una fábula de Plinio atribuía el nombre de la magnetita a un pastor llamado Magnes que había descubierto que ese mineral se adhería a los clavos de sus zapatos.
Pero es que en pleno siglo XXI, seguimos siendo pocos los que no nos quedamos embobados observando el fenómeno que os traemos en el vídeo de hoy. En él, una persona deja caer un imán de neodimio por dentro de una tubería de cobre. Como podéis observar, la caída se frena radicalmente cuando el imán va por dentro de la tubería, como si flotara. ¿Por qué ocurre este comportamiento tan curioso?
Lo que aquí tenemos es una brillante explicación gráfica de la inducción magnética a la que se refiere la Ley de Lenz. Cuando tenemos un campo magnético (el creado por el imán) que varía en el tiempo (en este caso porque el imán se mueve hacia abajo) ello conduce a la aparición de unas corrientes eléctricas inducidas en la tubería de cobre. Corrientes que a su vez generan un campo magnético que empuja al imán hacia arriba.
Es decir, la tubería de cobre realiza una fuerza magnética sobre el imán que hace que su caída se ralentice. Y todo ello es posible gracias a la combinación de un imán muy potente de neodimio y una tubería muy conductora (de cobre). Al precio que está el cobre, no quiero pensar cuánto dinero le habrá costado semejante tubería al autor del vídeo.
Vía: HedhehogTH