Si alguna vez te has preguntado cómo hacen los mosquitos para volar cuando llueve, estás de suerte. Si nunca te lo has preguntado puesto que consideras que no hay pregunta, te diré esto: teniendo en cuenta que la velocidad de un mosquito en vuelo es de no más de un metro por segundo (1 m/s) y que las gotas de la lluvia caen a una velocidad media de siete metros por segundo (7 m/s), o que la masa de una gota de agua es entre dos y cincuenta veces mayor que la de un mosquito, la pregunta igual tiene algo de sentido (al menos para los que no estamos familiarizados con la física).
Para investigar el efecto, un equipo del Instituto de Tecnología de Georgia, comandado por David Hu, decidió usar cámaras de alta velocidad para ver el efecto.
Observó que los mosquitos tenían dos opciones: o ir evitando las gotas, teniendo en cuenta la poca velocidad a la que van podrían hacerlo; o bien recibiendo el impacto de las gotas, que no les afectaría mucho, tan sólo les desplazaría de su trayectoria original. Para explicar este último punto, tenemos que pensar en la poca masa que tienen los mosquitos y, por lo tanto, en la poca inercia que tienen. Eso les facilita el no oponer casi resistencia a las gotas, por lo que estás no les dañarían.
Así que así es cómo vuelan los mosquitos: con mucho cuidado.