El director Vincent Laforet ha publicado un artículo en Storehouse en el que nos muestra las fotos que ha hecho desde un helicóptero a 2200 metros de altura sobre la ciudad de Nueva York.
Un poco más alto, y habría tenido que utilizar mascarillas de oxígeno para poder respirar.
Por supuesto, Laforet ha estado sujeto al helicóptero con un arnés de cuerpo entero que mantenían tanto a su persona como a las cámaras que utilizaba, una Canon 1DX y una Mamiya Leaf Credo 50 MP, en una situación segura. El problema es que a esa altura, por encima incluso de Aviones comerciales que entran o salen de los Aeropuertos de Nueva York, la estabilidad de un helicóptero deja mucho que desear. Estas máquinas no están hechas para volar tan alto.
El resultado, no obstante, es realmente espectacular. Puedes encontrar las imágenes completas y unas cuantas más en Storehouse.