No es fácil enviar un cohete al Espacio para poner un satélite en órbita. A menudo los vemos despegando en los vídeos como si fuera algo trivial, pero en realidad hay infinidad de detalles que pueden salir mal en un lanzamiento de este tipo y eso es exactamente lo que le ha pasado a SpaceX con su último lanzamiento, cuando se estaban preparando para lanzar el Amos-6, el primer satélite de Facebook para llevar Internet a lugares del mundo en donde ahora mismo no hay acceso al mismo.
Antes del lanzamiento, mientras se hacía una prueba de motores en la plataforma de lanzamiento 40 de Cabo Cañaveral (que también quedó dañada), por un problema todavía no determinado en la propia plataforma y no en el cohete en sí, todo explotó de esta manera tan espectacular.
Una prueba muy gráfica de lo complicado que es hacer todo esto, y mucho más, conseguir que el cohete vuelva y aterrice sólo como ya ha hecho SpaceX en el pasado.