Las 2 de la mañana, volviendo de un viaje que empezó por la mañana, con ganas de llegar a casa. Uno va por una carretera secundaria, con poca visibilidad, y decide poner las luces de carretera (también llamadas largas) para ver un poco mejor la señalización horizontal. Tiene cuidado, eso sí, de quitarlas cuando se cruza con un coche o tiene un coche delante que circula en la misma dirección. Todo el mundo sabe que molesta, y si encima dan el reflejo en el espejo, más aún (por mucho que el retrovisor interior se oscurezca, los de fuera no lo hacen).
Pero claro, uno mira por los demás, pero no por ello los demás hacen lo mismo. Y aquí llega el simpático o simpática, por no llamarle otra cosa, que no quita las largas cuando se cruza contigo. Empiezas a mentar a toda su familia, no por ser un maleducado o grosero, pero porque realmente no ves nada y tienes que aminorar para no tener un accidente. Lo peor, es que incluso cuando ya ha pasado, sigues con ese flash blanco grabado en la pupila (se ve que los bastoncillos y conos se quedaron un rato excitados).
¿Cuántas veces os ha pasado eso? A mí unas cuantas, y parece que al final la justicia llega, al menos en China, donde han decidido que al que pillen con las luces de carretera dadas mientras se cruzan con otro coches les harán lo mismo a ellos: cinco minutos sentados delante del coche de policía con las largas dadas. Lo sé, en un primer momento uno puede pensar que así aprenderán, y que sufran un poco lo que otros ya sufrimos. Pero no sé yo si el ojo por ojo no se va un poco de madre. Que digo yo que si por unos segundos se nos queda el flash grabado en la pupila durante un minuto, cinco minutos ya será para quedarse ciego durante un buen rato. ¿Y si luego se ponen a conducir?
Una idea que al principio puede parecer buena, en el momento de aplicarla igual no lo es tanto. Yo lo haría de otra manera: les citaba, de día, para ponerles delante de los focos durante cinco minutos estando en una sala.
En fin, que cuidado si vais por China, que no se andan con tonterías.
Vía | WSJ
Imagen | Weibo de la policía de Shenzhen